domingo, 16 de enero de 2011

soñé con unos cuartos que eran perú. soñé con "fauna peruana". había muchas arañas y yo tenía una especie de off que no sabía si ponérselas a ellas o a mi. había un cocodrilo gigante que abría su boca delante mío mientras me arrinconaba contra la pared. yo nada mas me tenía que quedar quieta y la fe me salvaría. así como los perros que te muerden por oler el miedo o la pelea de alicia con el jabberwocky. había gente que no me dejaba pasar, eran peruanos que me pinchaban con alambres y yo les daba soles. otra etapa: una nena todo el tiempo conmigo, muy buena y dulce parecida a mi hermana. había guirnaldas de nenas de papel recortadas, separadas, que formaban un árbol de navidad que se convertía en un tati que yo podía abrazar. tati estaba en la estación de servicio con gente fea, unos amigos nuevos que no me gustaban. lo veía después de tanto tiempo. la sensación era como con la que me despierto: corazón congelado en sístole o diástole, como principio de infarto. también pensé en bronquitis o esas que te duele el pecho de respirar. angustia? pero más bien seca, no pinchida. creo que besé a tati. el me hablaba de una chica que había sido muy importante para el en todo este tiempo. yo tenía celos congelados, como no respires para no sentir, no te dejes derretir. estaba mi bisabuela muerta, la abrazaba con todas mis fuerzas.
a veces pienso y a veces pienso mientras sueño, que no son sueños, son pactos con el más allá: besas exs novios, abrazas muertos, vas a los bordes más peligrosos y luchás con cocodrilos saliendo intacta, corazón en pausa. y que con el día las sensaciones se desparraman quedándose atoradas entre los huesos. los movimientos de la sangre, el alma, las cosas que le pasan a tu cuerpo. de allí mi fascinación por chusmear por dentro, hacerme el papanicolao, ver mi útero por televisión.

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